miércoles, 14 de octubre de 2015

Logro

Es una confusión divina, ocasionada por los sentimientos más profundo que pueden desenterrarse de mi olvidado, sucio y polvoriento corazón.
Durante tanto tiempo estuve esperando ese momento, para convertirlo en un segundo orgánico y vulgar de la vida. Pasó muchísimo tiempo desde que lo vi por primera vez, para reconocerlo en el espejo de la tortura rosa. Esa tortura que te hace sonreír como idiota, que pronostica lluvia saladas de ojos vidriosos, y que te hace sentir que caés placenteramente en un volcán de lava ardiente. Feliz de morir, feliz porque estás muriendo en él.
Hoy brindo, no por una respuesta esperada; sino por la pregunta soñada. Una pregunta que estuvo dando vueltas, perdida en mis laberintos cerebrales por más de un año y medio. Hoy finalmente encontró la salida, una salida que continúa oscura, y que creo que seguirá estando por mucho tiempo.
No hay razón para apurarse a prender la luz, en las penumbras camino mejor, me guío como animal en una noche fría solo acompañado de su olfato. Mis sentidos se desarrollan cada día más, no necesito de las certezas, y menos de él.
Sí, sí que me gustaría que la certeza fuera él. Pero entre deseos y realidades, es mejor no meterse, ya que uno nunca sabe a donde puede dirigirse. Pierde el control del vehículo, de su cuerpo, para entregárselo a la mente, y al mismo tiempo, el cerebro luchador profesional se encuentra en el ring contra el instinto y el puro deseo de este envoltorio de carne y hueso.
Hoy pienso en todas las cosas que callé, reprimí y olvidé para evitarme algún dolor. Hoy me compadezco de ellas, y las abrazo, porque también forman parte de mí.
La luz y la sombra me acobijan en las noches más solitarias y frías, tornándose en mis osos de peluche tejidos con ilusiones y retazos de pensamientos extraídos de esta cabeza. Ellas permanecen intactas a lo largo de los años, creciendo conmigo, viviendo cada historia, cada anécdota y minuto de mi larga, y a la vez corta vida. Ellas componen mi forma de ser, mis acciones y palabras no dichas.