Cae el agua en sus ojos. Ojalá pudiese ver los árboles que se ocultan debajo de mis cejas.
Luz dorada lo baña haciéndolo parecer un dios, frente a una multitud que se excita al verlo.
Se oculta en nubes inalcanzables, a veces haciendo que truene, para que no olviden su nombre.
Pero, ¿Cómo olvidarlo si una parte de él ya hecho raíz en mí?
Obsesivamente mis ojos recorren en busca de una respuesta, mis dedos tiemblan ante la desilusión, y el miedo de quedar como estúpida me carcome.
Se acelera todo mi organismo, pero el tiempo transcurre lentamente. Desorbitada espacial y temporalmente.
Sólo espero alguna vez, verme reflejada en su cielo en forma de iris.