sábado, 16 de marzo de 2019

Luz

Sos la persona que más amé con locura. Te entregué todo mi corazón, toda mi paciencia, tiempo y energía. Quise mover montañas por vos, piedra por piedra, pero al final fue demasiado peso. Al final me di cuenta que todos estos años viví en una burbuja.
No me voy a olvidar de cómo nos mirábamos con tanto amor. Éste último tiempo nos olvidamos de mirarnos. Cada uno estaba metido en su mundo.
Fuiste para mí un click: me abriste el corazón, sentí tanto amor, tanta ilusión, tanta magia junto a vos. También sentí mucha tristeza, miedo y enojo. Nos acompañamos durante este camino, que era cuesta arriba. Mis pies se cansaron, mi espalda también. Mi amor por vos no desaparece, fuiste un maestro para mí. Quise ir a la luna por vos, quedarme allá, sin óxigeno sólo para traértela con un moño. Te regalé lo mejor de mí, y descubriste lo peor también.
Tus ojos celestes, por más que no te gustara que te digan que son celestes, porque para vos eran verdes. Cómo llorabas cuando escuchabas música clásica en películas, tu alma sensible, tu nariz respingadita. Tus lunares en la espalda, la limpiecita. Cuellito con cuellito, como dos animales enamorados. Tus manos grandes al igual que tu boca, pero tus piernitas de tero que corrían ágilmente. Cómo te reías, como Goofy.
Te amo y te amé, porque sé que nos conocemos de otras vidas. Fuimos hermanos, familia, y ahora también lo somos.
Realmente deseo que crezcas, que seas feliz siempre. Tenés tanta bondad en tu corazón, solo que a veces te olvidás y te desconectás. La realidad es una mierda, yo intenté pintarla de colores pero no bastó, lo lamento. Lamento romperte el corazón, lamento manifestar mi incomodidad, pero necesitaba elegir otro camino porque este se volvió una pared, una pared imposible de escalar.
Gracias por todo lo que me enseñaste, gracias por vivir conmigo tantas cosas. Que seas feliz siempre y sino recordá: como sos oscuridad, sos luz. Nunca te olvides que sos luz.