Arruinando tu sonrisa, convirtiéndola en lágrimas, sólo porque te diste cuenta de que no le importás de la misma manera que esa persona te importa a vos.
Arruinando tu cabeza con millones de pensamientos filosos, que gozan cada vez que se clavan en tus sesos para develar la verdad más sincera.
Arruinarse, pensando ¿Qué hago para continuar con gente así? ¿No aprendí la lección antes? ¿Porqué me rodeo de gente igual? Divaga siniestramente nuestra mente.
¿Porqué arruino momentos por su existencia o no existencia? Patéticos sentimientos. Humillados ojos. Vergüenza al ser tan estúpida de dejarte arruinar.
Arruinar las relaciones. Quebrar lentamente una por una, arruinándote más todavía.
¿No te das cuenta que no es lo mismo, que no le importás? ¿Porqué te preocupás por decirle cómo te sentís, y cuanto lo querés, si al fin y al cabo no vas a obtener lo mismo? ¿Porqué seguís creyendo que podés cambiarlo?
No podés cambiar como él te siente, es su persona.
Sí podés cambiar tu manera de sentirte:
Dejá de arruinarte, y cambiá. Disfrutá del lado bueno, dejá de arruinarte y salí.
Te esperan momentos nuevos por vivir, está en vos arruinarlos o no.