sábado, 23 de marzo de 2013

Él

Ella estaba perdida, sin rumbo. Encontró un lugar seguro, entró.
Lo vio, estaba allí parado, como si estuviese ahí desde siempre, indeferente. Al instante supo que se trataba de un dios, un milagro, la plegaria más rezada. Lo halló.
Ella se acercó, y pronunció "Hola". Sintió una presión en el pecho, como si su corazón quisiese saltar afuera. No entendía, pensaba que su corazón estaba cómodo dentro de su cuerpo, pero éste quería salir, explorar nuevos lugares. Quizás estaba aburrido de estar en el mismo lugar, quieto y callado.
Algo le insinuó, que lo conocía. Ella lo había visto, quizás en otro momento, por la calle o en el lugar más insólito, podría haberlo conocido en otra vida. Otra vida, pasada.
¿Porqué se habrían vuelto a encontrar? ¿Porque en su tiempo, se separaron? ¿Fue un engaño, una pelea o tan solo la muerte? ¿Habrían estado juntos? ¿Podrían estarlo ahora?
El le respondió. "Hola". Una palabra tan simple y vacía, pero que al ser dichas desde esa boca, parecían sonar como una armónica melodía. Una sonrisa se le escapó del rostro. Ella se la respondió, con otra.
Ella lo había encontrado. Ella lo vio. Ella supo quién era. 
Ese instante, ese encuentro, esa sonrisa.
No lo dudó ni por un segundo, era él.
Sintió que podría entregarse completamente a él, darle lo que más guardaba, impaciente, dentro de ella. Su corazón. Su corazón quería sentir, le hacía falta, y sin más rodeos, lo hizo. Creyó, que nunca iba a sentir algo así, pero lo hizo. Pensó, que nunca iba a conocer a alguien así, pero lo hizo. Recordó, que era él. 
De pronto todo tenía sentido, todo tiene lógica. Las cosas se dan por algo, la vida transcurre por algo. Un latido que cada vez se alza más. Una sonrisa que cada vez se expande más. 
Ella lo encontró. 
Era él.
Ella es feliz.