Bueno, aquí va de vuelta, se repite la historia. Me gustaba, y el gustaba de mí. No habíamos cambiado por completo ninguno de los dos. Yo todavía la tenía a ella y el todavía me tenía a mí. En secreto guardabamos lo nuestro, nunca nos habíamos besado. El se confesó; yo no podía, atada de manos estaba. Dos amigas gustaban de él, yo tengo códigos. El me decía que hable con ellas,pero yo no podía hacerles pasar por lo mismo que yo pasé. A mi me traicionaron, me lastimaron, me usaron. Ya sané, pero mi cicatriz sigue ahí, intacta como ayer. Yo le dije que no. Decidimos dejarlo para más adelante, aun que yo deseaba hacerlo.
El tiempo pasó, la perdí a ella y el me perdió a mí. Yo cambié y el cambió.
Este año volvimos a encontrarnos. Yo me perdí en él, y él no en mí. Solamente quería estar conmigo de ninguna manera compremetedora. Aunque de vez en cuando me encontraba en su mirada. Cuando intenté dar el gran paso, él retrocedió.
Me dí cuenta que una amiga seguía gustando de él.
Retrocedí yo. Te perdí por ahora, pero no pienso dudar la última vez. Pero si tan solo hubiera última vez...