Últimamente son tiempos difíciles para todo el mundo (incluyéndome) así que fui buscando salidas para no pasarme en la depresión. Una de ellas es componer canciones y letras; como lo hice antes. Y otra es escribir una breve novela en pocos capítulos. Pondré un capitulo cada semana.
CAPITULO I
Pasaba la gente y los árboles tan rápido, que ni siquiera me daba el tiempo para verles los detalles o caras. "Entonces se acercaron los dos y dijieron la palabra más esperada, te amo le dijo Clara." Di vuelta la página, tomé aire y mis ojos comenzaron a lagrimear. "A Pedro le titilaron los ojos como pequeñas estrellas y esbozó una sonrisa y respondió". Agarré fuertemente el libro y valientemente hundí mis ojos en las diminutas letras que abarcaban una grande historia: "Yo también te amo, Clara. Los dos se abrazaron y se besaron como en sus sueños." Cerré la novela, hacia una semana que la leía; se trataba de un amor platónico y de típicos conflictos adolescentes.
Me había conmovido mucho, y claro aquel relato era la única escapada de mis problemas.
Me había tomado el colectivo, tenía aproximadamente veinte minutos de viaje en los que escuchaba música mientras intentaba dormirme, o sino veía el paisaje urbano por la ventana. Últimamente leía esta narración, ojalá fuera de verdad la historia, Clara la protagonista de ésta era muy parecida a mi, por supuesto que tenía suerte de tener un final feliz. Me paré, toqué timbre y caminé hasta llegar a casa. Comí una manzana y me fui a mi cuarto, coloqué los auriculares en mis diminutas orejas y me acosté. Estaba escuchando una canción que me hacía reflexionar mientras miraba al techo. Se me empezaron a cerrar los ojos, y finalmente una vez más, el sueño me venció.