lunes, 31 de agosto de 2015

¿Sentimiento o Pensamiento?

Era una noche con viento frío cuando la pregunta invadió su cabeza para crear un tornado de pensamientos.

"¿Te gusta él, o te gusta la idea de él?"

No quería saberlo, simplemente prefería ignorar lo que su cerebro le decía mediante conexiones y chispas nerviosas.
Le gustaba cómo era él, sin embargo, podría ser una idea hecha en la fábrica mental.
Lo sentía y pensaba de una manera que nunca había sido, de una manera que solamente se manifestaba en su cabeza.
Entonces... Le gustaba la idea de él.
Pero no. También le gustaban sus tiernas obsesiones animales, y cómo fumaba.
Todo esto formaba parte del inconsciente emocional que hacía que su corazón latiera cada vez que lo veía.

¿Era un sentimiento o un pensamiento? 

Creía que era algo más profundo, algo que nacía desde el fondo de sus entrañas para manifestarse como una luz en los ojos, y una tímida sonrisa.
También era una obsesión mental, que consumía segundos, minutos y horas de su vida. A veces, la agotaba.
Era feliz cuando él aparecía. Era taciturna cuando él se iba.
Al fin y al cabo, las emociones terminaban siempre apoderándose de ella, pero no más, ni menos, que por impulsos nerviosos que su cerebro mandaba.

Llegó a la conclusión de que su pregunta podía ser respondida: Ambas.
Le gustaba él, y todo lo que le generaba a nivel físico, y emocional. Esa adrenalina placentera que sentía cuando él le hablaba, y también la tristeza cuando recibía indiferencia de su parte.
Sin embargo, la idea de él. La idea de un ellos, de ser felices,también la llenaba por dentro, y al mismo tiempo se convertía en un tamiz que filtraba las felicidades, y dejaba expuesta a la probable verdad gris que era, muy diferente a lo que se había imaginado.

Él era amor e idea. Él era pensamiento y sentimiento. Él era corazón y cerebro. Él era felicidad y tristeza. Él era luz y oscuridad.
Y ella también.