No puedo mirarte fijamente a los ojos, porque carecés de ellos. Dos zafiros se incrustan en tus cuencas vacías para ser jugados por ilusiones ópticas.
Deseo que se esconde en mis bajos instintos, buscando devorarme esa espalda lunar.
¿Qué me hiciste? Devolvé mi cabeza, antes que sea demasiado tarde. No quiero dejarte ir, no estoy dispuesta.
El tiempo nunca fue un aliado, pero tampoco es un obstáculo.
Esmeraldas son ambas piedras que buscan el río de tu escencia.

De sentimientos transformados en ficciones, de historias que nacen de las estrellas para ser plasmadas en letras, de amores imposibles y sueños infinitos, de amores concretados y fantasías deseadas. De lunas, soles y galaxias, aquí escribo lo que me pasa. Formas de expresar para vaciar una cabeza revuelta y llena de olas, provenientes de los mares de los pensamientos y emociones.