Volver. Volver a darme cuenta que estoy sola. Que todos lo estamos. Parejas es sinónimo de tener compañeros de ruta, pero que sólo nos acompañaran en un cierto tramo de la vida. Repito: nacemos y morimos solos. No sé si soy yo la estúpida por estar rodeada de idiotas, o si son ellos por ser tan hipócritas. Rescato a ciertas personas, que en estos tiempos difíciles me acompañan, dándome la mano, perdonando mis errores y festejando mis aciertos. Siento verdadera pena por las personas que viven juzgando a los demás, hablando a espaldas de ellas, que están sedientos de sentirse mejor que otras personas; comparándose mediocremente y haciendo hincapié en sus defectos, para poder subir al Podio de la Asquerosidad y festejar felizmente su paupérrimo premio. Los llamamos Los Egos
Creo que sola me va mejor, puedo ver todo más objetivamente. Porque puedo ver la partida de ajedrez de los Egos en donde las Reinas (así se gustan llamar) se destruyen y gana la que más traiciona a la otra. Me gusta verlo, me causa gracia, porque no me divierte jugar a un juego de "estrategia" (en donde el nivel de destrucción sobrepasa la inteligencia, y se escucha cómo se quiebran los huesos y corazones).
Miro. Miro a mi alrededor y estamos nosotros, que todos observamos. Nos gusta detenernos en la vida y observar la violencia y la destrucción. Imagínense la siguiente escena: todos y todas chillando, gritando, llorando, desgarrándose unos a otros con los dientes llenos de rabia, besándose a la vez con la boca que tantas veces, a propósito, reveló secretos para salvarse a sí misma, creando una orgía de placer egoísta y muerte en la miseria. Nosotros miramos, no nos metemos, pues todos sabemos que estamos solos y no pelearíamos por imponer nuestros egos, no estamos orgullosos como ellos, nos repugna la idea de que nuestro ego le gane a nuestra alma.
Caminamos, nos equivocamos, perdemos, a veces ganamos, lloramos, reímos, nos lastiman (porque al fin y al cabo, esa es la peor parte). Pero no creemos en que la vida sea una carrera, porque no existen personalidades rivales, sino simplemente gente que deja que su ego decida por ella, de allí su nombre.
No estoy orgullosa de mí, solamente me siento en paz conmigo misma. No me siento mejor que los demás. No soy más que ellos. Solamente no pertenezco ahí, y mejor dicho, no lo hago a ningún lado.
Así que me encuentro, caminando por los desiertos, bosques, playas, selvas, praderas, a veces lluviosas, a veces soleadas de la vida.
Y cuando estoy sola, en el medio de la absoluta nada, en el momento en que aúlla el lobo más solitario, me encuentro conmigo misma, bajo el baño de la luz plateada lunar, y me miro en el agua, al fin y al cabo, soy una más, pero veo el reflejo de mi alma y ahí me doy cuenta que no estoy cegada por mi Ego.