jueves, 26 de septiembre de 2013

Dormida

Despierto sonriendo, después de todo, los sueños son mi refugio.
En ellos puedo vivir lo que quiero. Lo que me gustaría vivir, sentir.
Siento paz, felicidad, compasión y armonía.
Todos comienzan igual, un océano, una playa, la noche y la luna.
Recostada en la arena, bajo la luna pálida. A veces acompañada, a veces no.
Respiro, siento, exhalo.
Cierro los ojos, y vuelvo a sentir.
Hasta que en algún momento el agua se enturbia, y el cielo se vuelve gris.
De repente se vuelve oscuro, y lleno de sombras.
Respiro. Miedo. Siento miedo. Exhalo
El mar comienza a agitarse, mi corazón palpita cada vez más.
Pierdo el control, no puedo detenerlo.
La oscuridad es parte de mí también.
Comienzo a ahogarme, no respiro, no siento, no exhalo.
Abro los ojos, todo pasó. Los cierro de vuelta.
Me encuentro de vuelta en la playa, con la luna y las estrellas, el mar calmo.
Siento frío y necesito un abrazo; estoy sola.
Y la luna se nubla, las estrellas desaparecen,
Y una ola surge del mar, se agranda y me tapa por completo.
Respiro y exhalo.
Abro los ojos; no siento nada.