Pensé que lo había superado, cuando verdaderamente no era así.
Los últimos días me acosté sin plantearme con qué soñar, despreocupada porque total, si ya lo había olvidado.
No fue así, es más en el sueño daba mi vida por él.
No se qué significa eso, ni quiero ponerme a pensar, solamente quiero sacar esa espina de allí adentro.
Calculé que iba a ser fácil olvidarlo, como los demás, pero me equivoqué.
Resulta que no es de la cabeza de dónde tengo que sacármelo, sino de un lugar más profundo, más oscuro y más doloroso: mi corazón